«Padre e hija están en la cochera, frente a ellos se extiende una calle empedrada. Algunas bicicletas montadas por adolescentes pasan cada tanto. Y coches destartalados con sombríos conductores. El sol empieza a esconderse impaciente en el horizonte de la húmeda tarde de verano. La niña tiene poco más de tres años, el hombre no alcanza los veinticinco. Ambos son delgados, pelilargos. Sanos. Él moreno, ella rubia.»
+
2 comentarios:
Está buena esta invasión porteña a la asfixiante y asfixiada asuntación.
Justicia prosaica
Era hora...
H.
;-)
Publicar un comentario