"Umbertino y otros relatos", de Ítalo Svevo.
Editorial Longseller, 2007.
"Soy un hombre que nació verdaderamente por error", abofetea Svevo, con mano melancólica, en la primera frase de este librito de cuentos que es una joya brillante. No es en vano la puntualización de joya brillante.
Este librito posee cuatro relatos maravillosos, aunque el último de ellos me tomó casi un año leerlo pues es un bodrio, aunque, claro, en el recuerdo también se vuelve genial. ¡Loas a Svevo! Se titulan. "Umbertino", "Engañosamente", "La muerte" y "Un contrato".
El primer relato es casi una novela corta. El protagonista es Zeno C., el de la conciencia, que aquí reduce su vida activa a ser abuelo, y está más abyecto y egoista que nunca. Completamente adorable. Habla de su nieto aquí Zeno, Umbertín, a quien ve como un símbolo de la vida, como la manzana de Adán, que no sirve para comer sino solo para observar. En La conciencia... a Zeno se le murió el hijo, a quién consideraba un mal pintor, y ve al nieto como una proyección del mismo. Y desfilan los mismos personajes aburridos, y algún otro más, de La conciencia, pero que gracias a la sutil inteligencia de Zeno se vuelven sublimes. ¡Loas a Svevo! Y así nomás es el relato, no me acuerdo muy bien de qué trata.
"En mi juventud solo se rendía honor a los viejos... Ahora que soy viejo solo se respeta a los jóvenes, así que pasé mi vida sin haber sido nunca respetado. De ahí debe haberme venido cierta antipatía por los jóvenes que son respetados ahora y por los viejos que se respetaban entonces. Estoy solo en el mundo, dado que para mí la edad siempre fue un problema".
¿Puede concebirse un viejo más pendejo y adorable?
Con amor se puede hacer gran literatura.
Y también leemos aquí: "el miedo es una cualidad de la carne. Es como una protección que la envuelve apenas toca el aire. La hace extraviarse, pero por cierto la protege". ¡Loas!
Zeno divaga sobre sexo, utilizando una elípsis: "como aquel marinero que encontrándose durante varias semanas solo con un amigo en una balsa a la deriva en el océano, muere a tiempo para volverse alimento y salvación del otro".
Cómo divaga este Zeno, tanto que no le bastaron una novela, ni numerosos relatos, tanto que impregna a los lectores, haciéndolos divagar también. Hasta recuerda a su hijo, muerto en La conciencia...: "Debo decir, a modo de confesión, que el pobre Valentino nunca me cayó simpático. Creo que no hubiera podido ser de otra manera porque era muy feo, con esa panza y esas piernas tan cortas. Por eso, dejando de lado los remordimientos, por otra parte soportables, yo, en su lecho de muerte, me sentí bastante frío y capaz de observar todo con mirada serena."
Y también hay un personaje llamado Bigioni, que es muy importante, aunque no puedo decir exactamente por qué. Amigo del hijo, o algo así. Y también está Carlo, sobrino de Zeno, tipo inteligente pero que el narrador, de pura onda, no soporta del todo.
El gran mentiroso de Zeno empieza a ser completamente honesto por una temporada y hace teoría de la supra-verdad, es decir, de la verdad que para ser más verdadera es condimentada con elementos ficticios u ornamentales. Como la poesía, digamos. "Yademás me sentía tan bien siendo sincero que me parecía que excediéndome un poco me comportaba de un modo más sincero aún".
Casi un emo, este personaje.
Varios de los relatos de Svevo, no solo los compilados en este libro, se desprenden de La conciencia..., pues esta es una novela mundo que rebosa por todas partes, y es a la vez un ejercicio de auto-conocimiento del escritor triestino y a la vez estudio de la burguesía triestina de su época, llena de amanerados que merecían el fusilamiento, y alguna que otra gente bella y que por lo demás también merecía el fusilamiento, solo por tener plata. Y también Zeno merece lo suyo, si vamos al caso.
"Engañosamente" es un relato genial. Si Umbertino es una alegoría del la inutilidad de la vida vista a través de los lazos amorosos "alegres", por decirlo de una manera, sin desmeritar los fragmentos sombríos, en este relato se habla de lo mismo, tomando como punto de referencia el trabajo de toda la vida de un viejo. Y aparece el dinero, gran tema en Svevo, con toda su brutalidad.
"El mundo seguía girando, pero esa aventura demostraba su absoluta nulidad", dice.
"La muerte" es el más intenso relato del libro: triste trieste. Un viejo ateo se muere al lado de su mujer religiosa. El viejo se prepara mucho tiempo para morir, pero "su muerte fue lo que él no había querido: un susto". Cuando el viejo parte, la mujer queda dudando si murió ateo o creyente, y entonces se consuela convirtiéndolo en su recuerdo.
Básicamente exuda que no debemos morir solos, aunque en el camino solo nos acompañe Dios, usando de capa una sábana blanca. No hay que ser tan exigentes, después de todo.
"Un contrato" es el último relato, y aquí Zeno aparece de nuevo como comerciante, engañado, como tenía que ser. Dinero, dinero, no me digas te quiero. Pues yo ya te quiero. ¡Loas a Svevo!
Pasa algo en este cuento, eso sí, no hay duda, pues en general pasan cosas en los relatos, salvo en los de Beckett, pues en ellos pasa el pasar; en cambio el caso de Svevo es que pasan cosas, al menos una reflección, o al menos una transacción económica.
El dinero, la burguesía, las familias que viven de herencias... Grandes señor@s, vidas incinerables. Si no fuera por los ojos de Svevo mi odio sería gratuito. En cambio ahora, que sé como se rascan las barrigas al sol, mi odio está justificado.
¡Loas a Svevo! ¡Único ricachón hermoso!
Salud.
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15 comentarios:
Hola Ever,
Sigo con el pendiente de leer a Svevo. Cuando andaba de viaje vi varios libros de él y acordé de ti. Pero pues tenía restricciones de peso en mi maleta... Ya habrá ocasión de leerlo.
Un abrazo
Ahí está La conciencia de Zeno esperando, y pensar que comencé a leer a ese libro de la pantalla y cuando tuve el libro ni lo miré, cosas oscuras del deseo, quiero quiero y cuando está nada. Svevo amigo de Joyce, me parece que era un señor atildado y harto fumador. Fue secretario de Joyce o eso es una broma? creo que le prestaba dinero y el irlándés no se lo devolvía. Pero a Svevo poco le importaba el dinero. Me quedé picando con los relatos, engañosamente, me gusta ese título, debe ser obra del traductor, pero antes...deberé leer la concienca, digo para tener
saludos ever
...
Pensé que era dificil de leer. Vaya pues me equivoque. Gracias por sacarme de mi error.
Ando en la escritura de un cuentillo, tengo dos semanas atorada. La temática de mi cuento es el miedo. Hoy vengo y leo:
"el miedo es una cualidad de la carne. Es como una protección que la envuelve apenas toca el aire. La hace extraviarse, pero por cierto la protege".
¡Vale!, ahora sé en que me trabe. Gracias.
Saludete.
Mafalda
Umbertin, lindo nombre no? Aunque inútil como todos sus tocayos, con y sin h.
Me parece que Joice le dio clases de literatura a la mujer de Svevo, que era un rico industrial judio y/o vice versa, que sería luego la inspiradora de Anna Silvia Plurabelle ( F. Wake). Svevo para entonces tenía una o dos novelas publicadas y olvidadas (Senilitá, era una), que a Joyce le gustó... Y por los elogios de Joyce, Schmitz-Svevo volvio al ruedo y escribió "La conciencia de Zeno"...
Una porte'i pa la confusión general...izada.
Aha...vi que apareció otra vez por tus wines La Culeada, gracias miles..
salutes chera'a.
h
Ever, me acuerdo de ese texto corto yamado "El específikod el doctor Menghi", me había copado, tengo ke buskarlo de mi ropero-biblioteka ke kedó en lambaré y ha de estar mohoso de humedad porke kada vez ke voy llueve en la zona parece y las goteras hacen la de Atila con mis pertencias libreskas!
Zeno e sla mejor teta de la literatura siglo xx italiana, creo yo, junto a las novelas de Gadda.
saludetes
Tengo La conciencia de Zeno esperándome en el estante, ahora me entero que Zeno es un personaje recurrente en su obra.
A Svevo sólo le he leído un relato, La historia del buen viejo y la bella muchacha, alucinante.
Me encantó la reseña, ¡saludos!
Hola, Strika!
es muy dulce lo que contás.
En el DF de seguro estarán todos sus libros.
Saludos
pd. todavía espero lo de la adivinanza.
Hola, Mariano
era así mismo Svevo, e incluso le agregaría que nació viejo. Fue alumno de inglés de Joyce, como dice Humbert más abajo.
Al parecer no era muy tacaño, en fin, tenía para no ser muy tacaño.
Agarrá apenas puedas el libro. La paciencia y la obstinación son recompensadas en este caso.
Saludos
Hola, Mafalda
espero que podamos leer pronto el relato que contás.
Saludos
Humbert humbert!
Y tenía que ser, verdad?
El agradecido soy yo. Che, no sabía lo de la Plurabelle. Se cogía Joyce a la vieja de Svevo?
Y el súper?
Saludos
Hola, Kuru
ese cuento es de los más drogón, copadísimo. Demuestra, a mi entender, que Svevo no solo fumaba tabaco sino por lo menos abundante hachis, y casi seguro un poco de opio, o lo probó por lo menos. Hay allí párrafos dignos de De Quincey!
Saludos
Hola, Andrómeda!
Pues ese relato es completamente hermoso. Los viejos y Zeno son los fantasmas más usuales en la literatura de Svevo.
GRacias por la visita.
Saludos
Qué lindos esos cuentos. Yo los leí en una edición de Alianza que traía también Corto viaje sentimental. Y una cosa que agradezco es el reencuentro con ese personaje genial que es Zeno Cosini. Algún día se reconocerá el valor increíble de Svevo en la literatura dl siglo XX.
Saludos!
pues...tecnicamente yo tambien naci por error.
Lindos lindos
Besos infantiles
A.
Hola, Ojaral!
Todavía tengo Corto viaje... sin leer, hasta que no encuentre otro libro de Svevo lo quiero dejar así para no terminar todos lo tengo. así como decís, un auténtico maestro.
saludos
hola, A
un poco como todos, si vamos al caso.
saludos
buena reseña roman, aunque recien despierta no puedo pensar demas, me lo impide esta neblina. pero como siempre, tus reseñas dan ganas de leer, aunque solo sean tus reseñas,una de las pesadillas de internet es la gente que escribe con ganas porque no se gasta papel, pero tus ganas se sienten y se pueden leer dos paginas sin pensar en otra cosa. alla ire por Zeno, lei las primeras paginas y vaaaaaa.
ya se extrañaban tus palabras, que siempre son tuyas
besotes
Requeteguau, ahí ya vengo con la pava para leer mejor...qué lindo barcho chera á
Hola, N
ahora ya voy a la cama también. nos vemos. beso. lindo que pases por acá.
hola, abrujandra.
gracias por la visita, mita kuña
muy buen comentario, desde que leí Microcosmos del también triestino Claudio Magris tengo pendiente leer a Svevo, en ese libro se le presentaba como un escritor melancólico, saludos
Hola, Kovalski!
Pues sí, eso de la melancolía que dice Magris es tal cual. Es un autor imperdible, la verdad. Un maestro.
Un placer tu visita.
Saludos
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