Perelá habla con el poeta:
«- (...) La poesía, señor Perelá, es un mundo, un globo todo él de oro, solamente de oro, del que no se acuña, y es el poeta, en el Parnaso, quien lo insufla con su aliento divino. Y lo prepara para el ascenso celestial. ¿Qué es el arte? Saberlo insuflar hasta hacerlo transparente para que se eleve con ligereza y rapidez, hasta hacerlo incandescente para que todo el mundo lo pueda admirar, para que todo el mundo lo vea.
-¿Y usted asciende con él?
-¿Un cuerpo extraño? ¡Válgame Dios! Si yo me agarro, adiós al invento, se queda en la tierra para siempre. Cuando lo he insuflado bien, me despido de él, yo me quedo en el Parnaso.
-Supongo que vigila usted su globo para que no le entre nada mientras lo insufla.
-No le quepa duda, un solo granito de la más simple materia le impediría el ascenso. Puede parecer que dentro de ese globo deslumbrante hay algo, y sin embargo no hay nada. Conseguir el vacío es el arte sublime del poeta.»
Perelá habla con el crítico:
«-¿Y se lo enseña insuflado o todavía sin insuflar?
-¿Qué?
-El globo.
-Me lo enseña insuflado.
-¿Y usted tiene que subir con el globo?
-No, sube él, solo faltaría eso, yo no me muevo ni un milímetro, tengo un catalejo. ¿Conoce el catalejo de la crítica? Es el más largo de cuantos existen y el más plegable. Lo llevo en el bolsillo del chaleco: mire»
"El código Perelá", de Aldo Palazzeschi
«- (...) La poesía, señor Perelá, es un mundo, un globo todo él de oro, solamente de oro, del que no se acuña, y es el poeta, en el Parnaso, quien lo insufla con su aliento divino. Y lo prepara para el ascenso celestial. ¿Qué es el arte? Saberlo insuflar hasta hacerlo transparente para que se eleve con ligereza y rapidez, hasta hacerlo incandescente para que todo el mundo lo pueda admirar, para que todo el mundo lo vea.
-¿Y usted asciende con él?
-¿Un cuerpo extraño? ¡Válgame Dios! Si yo me agarro, adiós al invento, se queda en la tierra para siempre. Cuando lo he insuflado bien, me despido de él, yo me quedo en el Parnaso.
-Supongo que vigila usted su globo para que no le entre nada mientras lo insufla.
-No le quepa duda, un solo granito de la más simple materia le impediría el ascenso. Puede parecer que dentro de ese globo deslumbrante hay algo, y sin embargo no hay nada. Conseguir el vacío es el arte sublime del poeta.»
Perelá habla con el crítico:
«-¿Y se lo enseña insuflado o todavía sin insuflar?
-¿Qué?
-El globo.
-Me lo enseña insuflado.
-¿Y usted tiene que subir con el globo?
-No, sube él, solo faltaría eso, yo no me muevo ni un milímetro, tengo un catalejo. ¿Conoce el catalejo de la crítica? Es el más largo de cuantos existen y el más plegable. Lo llevo en el bolsillo del chaleco: mire»
"El código Perelá", de Aldo Palazzeschi
2 comentarios:
Este post sí me gustó, y un par más que leí. Dan ganas de leer más.
El de Bajarlía, tristón.
Parece un sueño.
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