miércoles, 21 de octubre de 2009
"Zoia Andréievna", de Nina Berberova
«Desde el primer momento en que Zoia Andréievna había llegado a aquella casa, ambas habían sentido que la vida que hasta entonces habían estado llevando se había visto perturbada. Intuyeron que habían caído, probablemente, en una zona de la existencia, que en medio del movimiento general, de la inquietud general, les había llegado el momento de vivir, de actuar. Todo lo que las rodeaba estaba a la espera de un final, y por lo tanto también ellas se dispusieron a esperar. Algo les decía que no eran solo dos, ni tres, ni cuatro; que eran infinitas en innumerables las mujeres que blandían agujas o espumaderas, y que se encontraban presas de una sed generalizada de odio y destrucción.»
"Zoia Andréievna", de Nina Berberova. Plaza & Janés, 1988. Traducción de Selma Ancira. Págs. 57 y 58.
Este párrafo es particular; primeramente por la osadía de conjugar (reprobable al traductor, quizá, o bien a la misma escritora) cuatro veces el verbo haber en un solo párrafo, dejándolo extravagante y cacofónico, y segundamente porque aquí se resume la trama del libro y una visión de la vida de la rusa. Las mujeres son tan jodidas como la guerra, muestra la autora, pues son las que más saben de la guerra por estar permanentemente en un estado similar a la pasión bélica. Una revolución es una cosa fea, pues uno pierde posesiones y cuesta un montón conseguir cosas como maquillaje o buenos camarones. Esto hace que durante una contienda se creen variedad de historias paralelas. Nina nos cuenta una así, de una tipa ricachona pro-ejército blanco, ex-rica, que viene huyendo de su ciudad sitiada por los boches, y termina en un pueblo transitorio y allí enferma y caput. Pero antes de caput, se hospeda en una casa que se convirtió en hotel precisamente por las persecuciones de los ricos. Allí hay un estudiante temeroso de ser reclutado, único hombre: símbolo de masculinidad en tiempos guerra: miedoso, desgarbado, puramente egoísta, incapaz de ver lo que pasa alrededor de él. Y también cuatro mujeres: una pendeja endemoniadamente bruja, una viuda de mente corta, la hermana, puramente movida por la impresión que puede causar en su círculo de relaciones (el hotel, en este caso), y una chica con aires de puta rabiosa y llena de rabia por la vida que le toca, sin joyas y glamur y todo eso. Las cuatro mujeres se ponen a expresar toda su rabia hacia esta chica, Zoia, que se hospeda con ellas; viéndola como símbolo de lo que nunca pudieron alcanzar: libertad de movimiento, autosuficiencia, posición social, elegancia, etc. Y esta Zoia, es una ingenua que lo único que quiere es su amor, cuyo nombre no sabemos, pero que podemos asocias al antiguo bienestar económico y social de que gozaba antes.
Es un cuento lindo, no hay que decir. Es una narradora erotizante la Berberova. Y es apasionante, escribe con un corazón enojado e hipnótico. Habrá sido increíblemente atractiva. Bueno, quiero decir, si no fuera escritora, pues los escritores no se caracterizan precisamente por ser atractivos. Hay un par, es cierto, pero no hacen gran cantidad.
En fin, que Nina quedó enojada con los bolches porque le sacaron lo que tenía, plata quiero decir, pero al intentar escribir esta historia cometió el error de elegir personajes mujeres. Pues las mujeres son más jodidas que la guerra, eso todo el mundo lo sabe. O al menos es un rumor poderoso. Convincente.
En fin, hay que aclarar que las mujeres son más interesantes que la literatura.
Y también que no hay que decir seguido eso, pues podría mal interpretarse.
Digamos que la literatura de las mujeres es muy interesante.
¿Escribía en bombachas Nina?
Quizá se ponía el lápiz en la boca mientras se acariciaba un pezón, para inspirarse...
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9 comentarios:
ever, mbaeteko? Los libros d ela mujeres on tan caros o más ke la d elos hombres, la otra vez el "Chejov" de Natalia Ginzburg me hice kaer de esplada: 145 mil guarakas, edit.acantilado, pero 65 pp.!!!
Será la vez despues de un asalto mba'e, en librerias Técnicas no da salir corriendo con un librito, aunke la dueña-hija tira onda, yo estoi en otra, padre de familia serio, ya poko alkohol, leer y escribir, intelctual clásiko, un Mann sin ni un mango!
jajaja...
dicen ke la obra maestra d ela yiyi es su libro autobiográfiko -no sé si la tenes en digital, te la paso si no- donde en en poko de más de 350 pp. están amontados como minimo 50 genios rusos!!!!
nabokov, tsvetaieva, Blok, Gumilov, mayakovski, Biely, Brussov, Sologuv, eré erea...
otra vez s eme escapo una nouvelle de Nina en Quixote libros..y asi..
saludetes xe!
La versión rusa de Ornella Mutti, un pimpollito. La verdad que una mujer bella + escritora= cóctel molotov, incediaria por excelencia.
Extrañaba sus reseñas,. regresó al ruedo con vehemencia. En los hoteles siempre suceden los asuntos más truculentos, véase Hotel New Hampshire o el cuento de Bioy, creo que perjurio en la nieve, no suceden en hoteles? o la montaña mágica? corazón tan blanco? el buen soldado? y la fatídica historia de El resplandor.
Tu pregunta sobre si la escritura rusa escribe en bombacha me sacó de foco...
saludos ever
Oiga Ever, ¿cómo que las mujeres somos más jodidas que la Guerra? ¿O nomás las mujeres rusas?
Habría que conocer el idioma ruso, para tener claro a quien achacar esas cacofonías que señalas.
Me encanta el comentario de Mario:
"una mujer bella + escritora= cóctel molotov, incendiaria por excelencia"
Con lo hombres escritores es peor: ni siquiera necesitan ser bellos, para hacer estragos en los corazones de las féminas. Enamorarse de un escritor, es el camino más seguro para romperse el corazón...
Saludos
Vaya mujeres las de esta obra...
No conocía a la escritora pero tomo nota; me gustó muchísimo tu reseña.
¡Un saludo!
pero qué osado, e.r. pero qué texto interesante y cuánto comentario con personalidad que recibió. habría que entender el ruso, coincido ocn marichuy, para ver eso de la cacofonía. y habría que resignarse, si hasta lo dice usted, que no es hombre, no me queda otra que asumir y empezar a ver cómo llevar esto de vivir en estado de pasión bélica. qué atinado, qué osado, insisto.
Ever:
No conozco el ruso, pero como traductora que lleva más de diez años en el oficio, te puedo casi asegurar que las cacofonías son del traductor. Esa misma cacofonía la he visto en muchos textos (mal)traducidos del inglés y del francés, lenguas en las que los verbos compuestos con axuliares son más comunes e inevitables que en la nuestra.
Independientemente de si en ruso hay o no esa proliferación de tiempos compuestos, la primera línea está mal traducida y muestra que el traductor no tiene un ápice de idea de cómo funcionan los tiempos verbales en español. El pretérito pluscuamperfecto se usa para enunciar una acción anterior a otra pasada. El párrafo tendría que leerse de la sigiente forma:
"Desde el primer momento en que Zoia Andréievna llegó a aquella casa, ambas sintieron que la vida que hasta entonces habían estado llevando se volvió perturbada".
Es decir, sólo una de las apariciones del pluscuamperfecto es pertinente.
Pero en fin, últimamente me he estado dedicando a revisar traducciones ajenas y sólo puedo decir que hay cosas aún peores. Me pagan por hacerlo, pero es una tortura.
Un saludo
He tenido el placer de leer el cuentito este que usted comenta, recuerdo a estas tipas crueles. y la pobre Zoia sin entender nada.también recuerdo al único personaje masculino,un estudiante marioneta de estas tipas crueles, que no sirve para nada. en fin, a mi me dejo una sensación extraña, un poco de perplejidad,algo me falto desencadenar. Tal vez solo se trataba de eso que usted dice muy bien, una hermosa Fabula de las Mujeres Belicas y lOs Hombres maRionetas. Tal vez le falto darle un poco mas al Pezon.
besos
...
Jajajá...
Cuando leí lo siguiente:
"Desde el primer momento en que Zoia Andréievna había llegado a aquella casa, ambas habían sentido que la vida que hasta entonces habían estado llevando se había visto perturbada. Intuyeron que habían caído, probablemente, en una zona de la existencia, que en medio del movimiento general, de la inquietud general, les había llegado el momento de vivir, de actuar.
Pensé que era una broma cacofónica tuya jajajá...
Dicen que es mejor achacarle los errores a los editores, traductores y correctores de estilo que a los escritores jejeje.
Y pues sip, las historias femeninas son apabullantes, terribles incluso patéticas, peores que la guerra. Y luego, hablar de mujeres durante la guerra, ¡pucha! ta' pa' cortarse las venucas jajajá...
Mmmm, tú mi Ever, ¿cómo recreas frente a la máquina de escribir o el ordenador una imagen erótica antes de plasmarla en letras?, digo, simple curiosidad jejeje.
Saludetes para ti.
Mafalda
Hola, a todo@s!
quise ser más o menos objetivo, lo de que las mujeres así y asá venía en el cuento, nada personal, en fin.
gracias a todos por pasar.
besos
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