domingo, 14 de junio de 2009

Caro Michele, de Natalia Ginzburg



La gran pregunta es qué he estado haciendo en vez de leer este libro. ¿Leyendo a Ammaniti? ¿A Guebel? ¿A Bizzio?
(Es probable que ya gracias a ser la tercera o cuarta vez que los menciono sus lectores aparezcan por estos lares)

"Querido Miguel", "Caro Michele", es un títutlo tan indudablemente hueco, inane, cutre (como dirían los ¿guatemaltecos? ¿salvadoreños?) y sin embargo es un librazo.

Estoy profundamente caliente por esta escritora, Natalia G. Por lo mismo fotografié ilustrativamente su libro al lado del calefón.


Ediciones librerías Fausto, Buenos Aires 1974.
216 pág. Traducción de Marcela Milano.


Vi su foto y debo confensar que me resultó una mujer espantosamente horrible, hórrida. Sin embargo la sigo sintiendo tan pero tan sexy... Si tuviera el cuerpo como la prosa que escribe, probablemente ya hubiera ido a Italia para desenterrarla.
De joven está pasable aunque no es un primor.
En fin. Estoy completamente enamorado y sus libros son ¡tan caros!
Habría que fusilar a los libreros desalmados. Habría que fusilar a un montón de gente que no tiene nada que ver con libros pero se merece un tiro. No hace falta que camine dos cuadras para encontrar candidatos...
El libro, de Natalia G., trata de una serie de cartas destinadas a un tal Miguel, con partes narradas en omnisiente, también este Miguel responde algunas cartas. Los que escriben son su madre, sus hermanas, un par de amigos, cada uno perdido, arrastrando su miserable existencia, mientras Miguel va de ciudad en ciudad, miserable también, se casa, muere el padre que es pintor como él, que estaba separado de la madre, llega a inglaterra en uno de sus viajes, no va al funeral de su padre, su madre está sola extrañando al ex, por dios, no pasa nada interesante. Pero bueno, la literatura no trata de pasar siempre algo, ¿no? Para eso están las películas, y la vida de los demás, donde siempre pasa más que en nuestras vidas, ¿no?
Por eso estamos tan pendientes de los demás, porque en nuestra vida no pasa absolutamente nada.
Yo por mi parte miro este blog, o este otro, obeservo las ventanas de los departamentos vecinos (mientras mis vecinos observan la mía), vigilo a mi mujer, y entonces, como veo que por ahí tampoco pasa mucho, me pongo a leer, y en Natalia G., por dios, tampoco pasa nada... Pero ¡qué manera de no pasar nada!
Pues hasta la muerte tiene sus maneras... el vacío tiene sus maneras. Y así también la oscuridad, el vértigo, el agua que corre, la crema del café, las bolas de billar son únicas en su circunferencia, etc.
Este libro, decía, por lo menos tiene capítulos. ¡Hay tantos libros que ni siquiera tienen capítulos!
Es genial ir de un capítulo a otro, o decir, por ejemplo, leeré solo hasta el 3, y luego llegamos al 3 y decimos, entre otras cosas, cómplices de nosotros mismos, voy a leer un capítulo más. ¿Se imaginan los libros sin capítulos? Uno para de leer y si por casualidad no se tiene marcador hay que hacerle un dobladillo a la hoja, o se pierde el marcador, y entonces ¿cómo hacemos para recordar? ¿Dónde detenemos la lectura?
Natalia G. tiene una prosa tan sexy, tan histérica, delicada, y además tiene capítulos. Es una escritora completa, no hay más que decir.
Al terminar la lectura hice una serie de anotaciones que transcribo, para lo que sirvan, que se titulan

Pensamientos acerca de Querido Miguel, libro hermoso de Natalia G.
¿Cuál es o en qué consiste ese oscuro lazo que nos une a nuestros seres queridos? ¿Costumbre, miedo, inercia?
Nunca logramos conocer a las personas que creemos conocer, porque es imposible traspasar el abismo. Las personas son, ante todo, un abismo.
Nos movemos como extraños en una tierra extraña y elegimos unas pocas caras extrañas para intentar sentirnos un poco más confortables.
¿Cómo no amar este mundo si no tiene ningún sentido? ¿Por qué amarlo si no tiene ningún sentido?
Sufrimos vértigo. El vacío nos seduce y llama incansablemente. Nos lanzamos en él o huimos de él. Sea cual sea la decisión que tomamos, estamos haciendo las dos cosas a la vez...

Y así cosas por el estilo.
¿Por qué me ha gustado tanto este libro?
Pues porque tiene personaje bellos, tontos, cretinos, desalmados, melancólicos, humanos, si es que este adjetivo tiene algún fundamento. Y una prosa completamente entregada a la disección de su literatura, es decir no se vende para ser genial, nada de superefectos, a lo Fresán, por ejemplo.
Se nota que Natalia G. ha vivido algo y tiene ovarios para contarlo, sin ser panfletaria ni nada por el estilo. Es, sin embargo, una militante de la vida, pero no anda por ahí haciendo elogios o lloriqueando que la vida es una mierda, aunque esto, claro, sea completamente cierto.
"Nos consolamos con nada, cuando ya no tenemos nada", dice en una parte. Oh, qué sexy es.
La melancolía y la desesperación son los sentimientos más excitantes del mundo. Y más todavía la resignación.
Rendirse ante la vida es el único acto noble.

Otra cosa antes de terminar. Por medio de esta entrada quisiera también avisarle a Marta Lena Paz que encontré su certificado de una ponencia que hizo en Córdoba hace 16 años. Estaba dentro del libro de Natalia G., que compré de una tienda de usados. El certificado está intacto. De paso le digo que la próxima tenga más cuidado, que seguro sirve para algo un documento así.



Saludos a todos.




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13 comentarios:

Mafalda dijo...

...

Jajajá...

Eres terrible mi Ever...
Suena bueno el libraco de esa mujer sensual jejeje.
De acuerdo contigo en que la vida es mierda, y de que en lugar de andar cortándonos las venas por eso, debemos tomar una postura más inteligente... Auchhh, que jodida vidurria jejeje.

Y en cuanto termine a Fallaci, hago un post relacionado, ¿vale?

Te envío una saludete.

Mafalda

N. dijo...

mi querido ever.. la vida es solo la vida y a veces solo se nos presenta asi, como una insignificante cosa que se llama vida y hasta el sin sentido de la vida no tiene sentido... y que hacer con eso? cada uno optara por lo que sea, por mi parte me parece muy sensual que tu opcion sea la sensualidad y el calentamiento global, seria bueno que nos calentemos todos de vez en cuando aunque afecte a la capa de ozono, de ultima seriamos todos cancerigenos contentos! hehehe o melancolicos porque la calentura en su mejor momento se acaba y de vuelta el sin sentido... tal vez sea mejor ser impotente? bueno, sos un cinico estupendo.
beso

marichuy dijo...

Ever

Esta Natalia ¿es de la que te estás enamorando, debido a su exquisita prosa? Algo leí, creo que el blog de Mariano Skan.

En mexicano, diríamos que ese titulo está... muy pinche o muy jodido, la que te guste más.

Saludos

Workaholica dijo...

¿En tu vida no pasa nada?...

Ja!!!

¿Por qué crees que estamos aquí leyéndote?

Sandra Strikovsky (Strika) dijo...

Hola, Ever:

Ja, qué divertida entrada. No sé si quiero leer el libro de la tal Natalia o no (estoy de acuerdo en que el título está de lo más cutre), pero al menos me entretuve mucho con tu reseña.

Un saludo

mario skan dijo...

Me voy a poner canalla y guarro y voy a decirle que Natalia es un nombre de mina que me predispone a la guerra de guerrillas. Ever yo no sé si escribe estas reseñas para envalentonarse con las escritoras o para ocuparse del texto, de igual modo, estas reseñas están recopadas o me estoy haciendo adicto a ellas. La primera foto de Natalia, la vieja, no me desagrada, es el tipo de mujer que inculca respeto pero de lo otro ni hablar, tal vez después de un trago, una lluvia caída detrás de un ventanal, o tal vez ella sea lo que aborrezca mi figura de hombre desconocido, bueno basta. La segunda foto está muchísimo mejor, además el tipo de atrás tiene caro de lascivo, la sujeta fuerte, encima están en la alcoba, ella leyendo y el predispuesto, o ella tratando de escribir en su Remintong él aguardando, pero se ve tan dulce con su vestido de cuello alto.
Digo Ever que sus reseñas están superando los límites, ya no son espejos de sus lecturas sino textos independientes que se desprenden.
La tal Marta Elena y su documento le dan un aire sebaldiano al asunto, me agrada.

ever, espero su nueva reseña y me gusta que ponga el rostro de las mujeres escritoras.
saludos

Richard dijo...

Hola, E.R.: Aunque no sabía que Ginzburg era tu "muchacha punk", te la felicito la elección de una escritora en vez de una actriz, una cantante, o una guapa cualquiera de Palermo Soho. ¡Qué original! En cuanto al certificado de ponencia encontrado en el libro, nunca he tuvo la suerte de descubrir tal cosa. Sin obstante, he encontrado dos naipes del Presidente Mao en mi biblioteca favorita en los últimos tres años. ¿Qué significaría eso, compañero? ¡Saludos!

A dijo...

e.r ¿de que fue la ponencia?

Y si en tu vida no pasa nada, lo haces pasar.

Viste?

Besos sonrientes
a.

pd. que buena entrada

e. r. dijo...

Hola, mafalda..
espero lo de fallaci
saludos

n,
no pudiste haber tenido una mejor idea
besos

es la misma, marichuy,
saludos

w,
con frases así me reconcilias con todo.
saludos

hola, strika
yo por mi parte sigo esperando la respuesta a la incógnita idiomática.
saludos

mariano!!!
tu sabiduría se sale de los ejes. coincido completamente con lo del nombre, es el primer punto a favor de esta escritora. pero por lo demás, es tan misterioso el mundo que a veces no resulta muy claro qué es lo que, verdad? tiene una aire, y un nombre, esta tipa, hasta que incluso se vuelve hermosa. en todo caso, seguiré buscando más caras.
saludos

richard!
lo de mao no es nada desdeñable. andá a saber qué mensaje oculto te trae, no?
saludos

a,
esa es la idea, verdad?
saludos

Carolina dijo...

Los enlaces y comentarios de los blogs a veces funcionan como anzuelos. Leí un comentario tuyo y me vine a espiarte, como un polizón en este barco. Y me ha gustado la efusiva reseña sobre Natalia Ginzburg, y tus comentarios sobre "el no pasa nada". Pero, además, tu nota final me hizo reír mucho. Hasta tuviste el detalle de escanear el documento hallado en el libro.
Saludos.

e. r. dijo...

Hola, carolina
bienvenida siempre por acá.
saludos

Leox dijo...

Acantilado es caro en todos lados veo.
A mi me paso con Bombal , sus fotos de joven , me dejan ufff , pero de vieja no es ni vieja tierna.

Parece que yo comparto el gusto literario con gente enferma por que siempre dentro de los libros encuentro recetas , o papeletas de clinicas

e. r. dijo...

jajaja, leox
saludos