sábado, 5 de noviembre de 2011

Kafka dijo, según Max Brod


1
«Una tarde en que vino a verme (aún vivía yo con mis padres) y al entrar despertó a mi padre que dormía en el sofá, en vez de disculparse, dijo de una manera infinitamente suave, levantando los brazos en un gesto de apaciguamiento, mientras atravesaba la habitación en puntas de pie: "Por favor, considéreme usted un sueño"»

2
«Cierta vez visitó el acuario berlinés en compañía de una dama. Al llegar les habló de esta manera a los peces que estaban en las casillas luminosas (la dama me lo contó tiempo después con horror): "Ahora os puedo mirar con tranquilidad; ya no os comeré más". Era la época en que se había dedicado a un riguroso vegetarianismo.»

3
«Habiéndole preguntado en qué consistía su estado de tristeza y por qué no podía escribir, respondió: "Tengo cien mil sensaciones falsas, terribles; las verdaderas no salen a luz, y si salen, aparecen en jirones, completamente débiles". Yo arguyo que, a veces, para escribir hay que pasar a través de las primeras ocurrencias sin valor hasta llegar a los pensamientos más nobles, que subyacen bajo los otros. Él: "Eso está bien para ti, pero no para mí; sería darles ventaja a las sensaciones falsas".»

4
«Yo exponía la enseñanza de la gnosis del demiurgo, del creador maligno del mundo, del mundo como pecado de Dios. "No", dijo Kafka, "no creo que seamos un naufragio tan radical de Dios; simplemente, uno de sus malos humores, un mal día".»


"Kafka", de Max Brod.
Editorial EMECÉ -Buenos Aires, 1951
Traducción de Carlos F. Grieben
págs. 91, 92 y 93


3 comentarios:

Lisarda dijo...

No me preguntes por qué, pero siempre tuve la idea de que las novelas que consideramos de Kafka, podrían ser, en realidad, de Max Brod.

Jairo Rojas Rojas dijo...

La nº 1. :-)

Pablo Seguí dijo...

El punto nº 1: desde que la leí por primera vez, siempre me fascinó esa anécdota. Un pudor de ser, de existir, de molestar.

Saludos sanvicentinos.