viernes, 9 de septiembre de 2011

"FAUNA / DESPLAZAMIENTOS", de Mario Levrero

Ediciones de la Flor, Bs. As. 1987

Dos novelas cortas. La primera posee una estructura temporal lineal y la segunda en cambio es, puede decirse, cuántica. Ambas están narradas en primera persona del singular. Imagino que estos datos le interesarán a alguien. Ojalá.

FAUNA
Empieza con un "sueño borrascoso, cargado de significados ocultos", del narrador: llamémoslo Mario. Este hombre posee un kiosko en algún barrio de, tal vez, Montevideo; es aficionado a la parapsicología y sus derivados, además de escritor. Una llamada telefónica lo despierta al relato: extraña psicóloga argentina lo contrata para salvar a su hermana, llamada Flora, de la influencia de Monsieur Victor, presumiblemente un mentalista poderoso con inclinaciones malignas. Esta psicóloga desaparece luego de dejar cierto dinero y Mario queda completamente prendado. Comienza entonces su vagabundeo detectivesco: contrata un ayudante para reemplazarlo en el kiosko, visita los cafés donde acostumbra ir Flora, busca a Monsieur Victor por todas partes (lo imagina como una versión exagerada de Rasputin, con ojos como ascuas, terrorífico). Posteriormente da con Flora -de paso nos explica detallada y repetidamente el funcionamiento y las reglas del pinball (o flipper)- e inicia el tratamiento para salvarla. Luego Mario contrata los servicios de un mesmerista famoso y así se acota y aclara el relato. Finalmente, no diré quién, alguien despierta disolviendo la urdimbre del planteamiento inicial: pero la novela no se trata de un sueño per se.
Un par de cositas: a primera vista este probablemente sea el texto más light de Levrero. Light en estos sentidos: argumento aparentemente explícito; la parodia del policial no se complica en escarbar demasiado las reglas del género sino que se contenta con esbozar; un solo recurso del fantasy es apaleado: el doppelgänger, a su vez duplicado (sobre este punto me extenderé en el párrafo siguiente); pocos personajes; pocas locaciones; e invita a una cierta comprensión transparente de la trama.
El doppelgänger sería el fantasma especular de cada uno, "el que camina al lado" (Jean Paul), pero con una personalidad ajena a la nuestra, o en todo caso desconocida. Pero cuando ese otro tiene una presencia física, se lo llama "gemelo malvado" (caso Caín y Abel). Ciertamente, el "gemelo malvado" es bastante melodramático, o mejor dicho: es altamente melodramático. Por esto mismo abunda por ejemplo en las telenovelas o numerosos clásicos fílmicos. Y hay un tipo de gemelo que no es sencillamente malvado: por ejemplo, Donald Kaufman, el gemelo ficticio de Charlie Kaufman en la película El ladrón de orquídeas. Este tipo de gemelo sería más bien el uno mismo liberado, o en todo caso exaltado, y que puede poseer los mismos rasgos del original e incluso llegar a ser una copia mejorada.
Cuesta mucho avanzar sobre esta idea sin revelar el argumento, pero sigamos.
En esta novela hay un gemelo malvado, aunque no enteramente malvado. El rasgo negativo (opacamiento, ahogamiento, limitación extrema: el tánatos andante) en este caso corresponde al original. El gemelo actúa más bien como un estimulador. Si buscamos una respuesta rápida a la pregunta de dónde tenemos todos a nuestro oscuro hermano gemelo, nuestro doble ilimitado, podemos responder: en el yo del sueño. Ese yo está por cierto en el lado B de la vida, habita el lado oscuro, entremezclado, polisémico, que aunque posee rasgos de la realidad conciente los tiene ligeramente desviados, no reglados socialmente, sino con otras reglas de conformación. Bien sabemos que los designios del sueño son a veces incomprensibles, pero cuando se vuelven evidentes, y nos ayudan a conciliarnos con la realidad conciente, lo hacen a veces en forma delirante, angustiosa, tensa, etc. Es la muerte que nos empuja a la vida, para exagerar un poco el paralelismo.
En la novela, el doppelgänger se presenta dos veces. Uno es físico: se vuelve gemelo, e incita a la salvación del original, como cuando el sueño nos tiende una mano amiga a través de una pesadilla. El otro, escondido dentro del original y despertado mesméricamente, es solo una mala copia, egoista, omnipotente, completamente desinteresado de su original, sino que más bien lo desprecia. Pero este despreciador, este libertino, conoce sin embargo el inconciente del original, y a través de una intrincada red, sin proponérselo, también termina ayudando a éste a resolver su cometido.
Resumiendo podemos decir que Fauna posee niveles de lectura (!) que descienden a estratos más bajos.

DESPLAZAMIENTOS

Marco teórico: Llevo varios días abriendo y cerrando páginas de internet en busca de una explicación más o menos comprensible sobre la teoría cuántica, e incluso sobre la literatura cuántica (hasta hay un manifiesto), nada más para abordar la arbitraria expresión que utilicé para referirme a esta novela. Pero me da una pereza infinita leer sobre cuántos y demás, mi ignorancia es enorme, en fin, no me importa. Alguna vez me explicaron un par de cosas y se me quedaron algunas impresiones, vagas, vaporosas: serán éstas, pues, mi base teórica.
Resumiendo: la realidad está entrelazada por discretas transferencias de energía. Si contactámos dos objetos entre sí (por ejemplo un aparato de medición y un fotón de luz), estos se entrelazan definitivamente, y modifican a uno y otro. Apenas entran en contacto ya quedan ligadas, entrelazadas, independientemente de la distancia que tomen posteriormente, y siguen provocando modificaciones en uno y otro. Sin embargo, siendo toda materia del universo esencialmente energía, puede afirmarse entonces que es esta interrelación la que crea la relidad tal cual la percibimos. Por tanto, al dejar de percibirla, o mirarla, quién sabe qué ocurrirá con ella; pues solo podemos medir lo que efectivamente alteramos, ya que todo acercamiento (observación) es una alteración de la realidad. Ergo, es posible la existencia de más de una realidad: la que estamos observando, la que habíamos observado, la que alguna vez observaremos, la que nunca nos alterará ni nosotros a ella, etc. Y todas estas realidades, a su vez, se interrelacionan entre sí, con discretas transferencias de energía...
Análisis de la obra: En la novela un hombre va a cobrar el alquiler a una casa heredada del padre recientemente fallecido. Llamemos M* a este hombre. M* odia a su padre, y los inquilinos de la pensión ven a M* como una proyección del padre (un hijo de puta) y se previenen actuando el drama acostumbrado: se esconden, lo maltratan, lo intentan seducir etc. La casa es lúgubre, tan del amor de las viviendas de Levrero. En esta casa M* se enamora de una de las inquilinas, que tiene un bebé y una hermana un poco más joven y más fea. Con este esquema básico se desarrollan varias tramas argumentales, o más bien varios argumentos, que convergen en el protagonista.
Si M* por ejemplo acomete una acción, esta se desarrolla por un cauce. Bruscamente esta narración es interrumpida y se retoma desde un punto, a veces desde el inicio o desde la mitad, y el cauce se desplaza hacia otros acontecimientos. A su vez, estos cauces nuevos son retomados desde ciertos puntos y se vuelven a desviar. Se abren así madejas de posibilidades, cada una de ellas explorada (concretada).
No tenemos por tanto una historia lineal, sino muchas: ergo, los relatos son múltiples, paralelos entre sí pero convergentes en M*. Pero este M* es diferente en cada caso, ya sea porque ha tomado una decisión distinta o ha pensado algo distinto.
En una palabra: la multiplicidad de la realidad no la percibimos en el cotidiano, sin embargo a través de la literatura sí lo podemos hacer. Pues la literatura es una creación, en primera instancia lúdica y en gran medida voluntaria de un autor. Cuando el escritor despliega la página todas las posibilidades se presentan a la vez: escoge un camino y va por allí hasta donde llegue; esto en nombre de la coherencia argumental, las convenciones narrativas, el tema, etc. Es decir, un autor se restringe a un solo camino y por allí deviene su relato. Los otros relatos no escritos indefectiblemente convergen en el que está siendo narrado, reforzándolo o destrozándolo, etc. Lo que hace Mario Levrero es escribir algunos de estos relatos que usualmente son dejados de lado. La trama entonces se teje en varios cauces, como un río que desborda y crea por lo mismo nuevos ríos por los que la novela deviene. Si bien la narración no persigue estos nuevos argumentos hasta el final, los traza, les da una importancia capital. Los pone en primer plano.

CONCLUSIÓN
Obviamente, este texto necesita una conclusión. Lo tendré en cuenta para más adelante.
Saludos




+

1 comentario:

KuruPicho dijo...

Si Ever, el snobismo de los cuantos! todo ok con la teoria incorroborable, pero pergunta del millón, ludika y lokiana-tricksteriana: la realidad será cuantica pero no novelistica ? es más, este género es decimononico mientras la teoria cuantica es del siglo xx y uno es reglado y cerrado mientras el otro es plural y enrevesado...dICHO DE MANERA MAIS FACIL: LA PLURALIDAD DEL MUNDO NO PUEDE DARSE EN FORMA DE UN GÉNERO LITERARIO, DEBERÍA SER POEMA, ENSAYO, TEATRO, GUION DE CINE, CATEQUESIS, Y NARRATIVA, ES LO KE INTENTO JOYCE, CLARO...dENTRO DE TODO LO DE LEVRERO ES VIEJO(ESTA SEUDA TRADITIO DE NARARTIVA CON BASE CIENTIFICISTA GUAU SIN SER DEL TODO MERO FANTASY O SCI-FI SINO NARRATIVA SERIA) eJEMPLOS, eL CUARTETO DE aLEJANDRÍA Y LA TEORIA DE AL RELATIVIDAD, PANIAGUA Y SU SERIE DE KOESTLER, PYNCHON Y LE DEMONIO DE MAXWELL, LA ENTROPIA Y AGAIN PYNCHON, BOLAÑO Y SU GEOMETRIA COLGADA DE UN LIBRO DE DIESTE, ETC