viernes, 25 de marzo de 2011

“Humo”, de Djuna Barnes



Ed. Anagrama/Pagina 12. Avellaneda 2010
Traducción de Enrique Juncosa


“-Acostémonos sin movernos. Esto es libertad”
Página 124

Esta colección es un libro cuasi póstumo. En todo caso, publicado el mismo año de la muerte de a esta bellísima autora (1982), cuando ya no se ocupaba de menesteres literarios. En ese entonces, era una escritora recluida en un mutismo particular, de más de un par de décadas, cuyo trasfondo debe ser interesante develar pero aquí no viene al caso.
Comparado al resto de su obra, aquí la retórica es comedida; sin embargo, porque principalmente es interesante este volumen, aquí el narrador –que suele ser el más genial de los personajes de Dj. Barnes- es pródigo en atenciones para con el lector, es efusivo, expositivo y explicativo. Por supuesto, parcamente, pues las convenciones del género son respetadas a rajatabla.
Nueve relatos componen el libro, además de cuatro ilustraciones de la escritora –muy interesantes, por lo demás. Podríamos definir cada uno como cuento-de-personaje. A saber, la
línea argumental es básicamente expositiva: la trama no depende de la acción, sino de las reacciones y emociones de los personajes; no se cuenta historias, sino paradigmas. Con todo, no puede afirmarse que carezcan de argumentación, sino simplemente que no son lo principal. No obstante, a mi parecer, queda claro que los hechos bien pueden ser otros, sin que por ello pierdan su objetivo narrativo: los personajes de una época -la bohemia, los solitarios, el capricho, el resentimiento, la resignación, el miedo, el amor y las frustraciones. Podríamos resumir diciendo que ergonómicamente todo integrante individualizado de la sociedad es un raro, tonto, y que solo
más o menos, tras gran esfuerzo, logra contribuir en el conjunto; y que el resultado suele ser más fructífero en aquellos que menos intentan ser útiles, y más aún los que quieren destruirlo todo. Simplificando: en la informe masa gris de la humanidad, los marginales son necesarios pues le dan los colores sin los cuales no podrían reconocerse –diferenciarse- culturas, países, décadas; esto es, el lumpenproletariado es altamente imprescindible a todo sistema social.



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2 comentarios:

mario skan dijo...

Hola Ever: ayer mientras tomaba una birra con un amigo descubrí en su estante un libro de willa Cather: una dama perdida y obvio, le conté de tu blog. Se lo pedí para no devolvérselo pero me arrepentí, estoy con Sábato y Pynchon y abandoné un Vonnegut Jrs. En cuanto a Barnes el libro anda dando vueltas en los kioscos.
Vaya síntesis Ever ¡¡¡

saludos

Richard dijo...

¡Hola Ever! No conozco a esta dama, pero me gusta el entusiasmo de tu post. Un retrato interesante también. ¡Saludos!