domingo, 30 de enero de 2011

Habrá entonces que comenzar por el comienzo...



«Habrá entonces que comenzar por el comienzo. Y si uno se quiere escritor el comienzo es su primer libro. "Todo" comienza entonces a los veintiún años. Yo llenaba entonces, y trabajosamente, las hojas de un grueso cuaderno "Avón" mientras que, manipuleando palabras, había una cierta experiencia del mundo, a cuyo sentido, o contenido, llamaré de esta manera: lo siniestro. Esto significa: que quería ser escritor y que cuando intentaba hacerlo encontraba que no conocía el nombre de las cosas. Que no conocía ninguna palabra, por ejemplo, que sirviera para distinguir el estilo a que pertenecía un mueble. Y tampoco conocía el nombre de las partes de un edificio. Si el personaje de mi novela bajaba por una escalera, y apoyaba la mano mientras lo hacía, ¿dónde la apoyaba? ¿En la "baranda" o en la "barandilla"? Y si el personaje miraba a través de un balcón, ¿cómo nombrar a los "travesaños" del balcón? Travesaños, simplemente. O tal vez "barrotes". Pero me perdía entonces en el sonido material de las palabras y me parecía grotesco y desmesurado llamar, por ejemplo, "barrotes" a esos "travesaños". Y si me decidía por la palabra "travesaños" me parecía de pronto pobremente descriptiva para contentarme con ella. Si mi personaje debía caminar por la calle, y creía imprescindible envolverlo en la atmósfera propia de un determinado momento del día, había que decir "que caminaba bajo los árboles". ¿Pero qué árboles? ¿"Pitas" o "cipreses"? ¿Se dan cuenta de la locura? Lo siniestro era el descubrimiento de aquel idiotismo. Yo, seguramente un idiota mental, pretendía escribir. Tenía miedo.
Ese miedo nunca me ha abandonado. O mejor: el miedo nunca me ha abandonado...»



"Roberto Arlt, Yo mismo", de Óscar Masotta
Lectura de presentación del ensayo "Sexo y traición en Roberto Arlt"
Centro Editor de América Latina, 1982
pág. 99-100




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2 comentarios:

gsl dijo...

qué manera más cómica y llana de de explicar ese efecto tan afibológico del oficio,evp. un saludo.

Pablo Seguí dijo...

Qué curioso: lo leí la semana pasada. Anduve de compras en una de usados, y conseguí cuatro Capítulo a $4,00 cada uno. Alguno se habrá desecho de la colección, necesitado de un poco de guita. Ahora yo la voy comprando de a poco. Qué locura la vivencia de que da cuenta Masotta...

Saludos desde Córdoba.