lunes, 3 de enero de 2011

“El enamorado de la Osa Mayor”, de Sergiusz Piasecki



Círculo de lectores S.A. - Barcelona 1979
Traducción de José Farrán y Mayoral
328 pág.



1
Una de las panorámicas más singulares que conozco, corresponde al Puente de la Amistad, en la frontera paraguayo-brasileña, entre Ciudad del Este y Foz do Iguaçu, sobre el río Paraná, todo el tiempo caminado por millares de seres que cargan a la espalda sacos, televisores, lavarropas, ventiladores, cartones con electrodomésticos minúsculos, botellas, latas, alfombras, juegos de dormitorio, ropa, marihuana, cocaína, zapatos, comida para perros, frutas y verduras, además de cansancio, pena, desesperación y mucho sudor: bajo el inclemente sol, telúricos, rubios, negros y mestizos, los sacoleiros pasan las compras de los turistas de ambos bandos pues las mercaderías transportadas a pie no pagan impuestos, ni son revisadas con atención por los policías de frontera, y así los compradores, con una propina mínima, ahorran al evadir el fisco, y los sacoleiros se ganan la sopa. Es tipo de contrabando carece de toda aventura estético-legendaria, a no ser que admitamos que la pavorosa monotonía y la amargura trimegista son también artísticas.

2
En la frontera mexicano-estadounidense se practica otro tipo de contrabando pedestre: transportan gente y drogas, durante las madrugadas, evadiendo satélites, luces láser, binoculares con visión nocturna, vehículos blindados, perros y metralletas. Hace poco vi en un documental cómo confeccionaban las cargas de marihuana: pintaban de negro sacos de arpillera para que no sea detectados por radares. La mayoría del contrabando terrestre, según este documental yanqui (probablemente para dejar como más hijos de puta a los charros mexicanos), lo hacen mujeres. Aquí sí hay emoción, riesgo, amenazas de muerte, cárcel, coimas y una improbable monotonía.

3
El resto del contrabando mundial se hace vehículos a motor: aviones, coches, camiones, trenes, por correo exprés, etc.

4


Sergiusz Piasecki practicó el oficio de contrabandista durante la década del 30 en la frontera ruso-polaca. Comenzó a instancias de un amigo que había conocido en el servicio militar. Establecido en Misnk (hoy Bielorrusia), cruzaba la frontera rusa de madrugada, en primavera, verano, otoño e incluso invierno. Formó diversos grupos, iba hacia Rakov (hoy Ucrania), llevando vodka, cuero, ropa interior femenina, sacarina: todo lo que pudiera generar beneficios; y traían de Rusia madera, aceite, oro, personas que escapaban del régimen comunista. Piasecki asumió esta vida como un yonqui. Cruzar entre bolcheviques y soldados polacos, hacerse amantes, disparar tiros, correr entre la nieva y la lluvia, hablar con sus fantásticos compañeros de viaje, cerrar tratos con los judíos de la zona, enamorarse de la hermana de un contrabandista mítico; y luego derramar sangre, ser perseguido, vivir salvajemente escondido, robar. No se privó. Luego lo transformó en literatura. Su historia contiene todos los ingredientes que necesita una excelente trama de folletín, narrada con una prosa enardecida, romántica, ingenua, bella.

5
«Lord, aparte, se puso a enseñar a Julio el Loco, con cara muy seria, como se cazaban liebres sin escopeta.
-Te digo que tienes que comprar un paquete de tabaco, y a la mañana temprano, mientras duermen las liebres, debes irte por los campos y esparcir sobre las piedras unos pellizcos de ese tabaco. La liebre se despierta, se rasca detrás de la oreja, se levanta y se va a hacer sus necesidades. Allí hace como los perros, junto a una piedra. Husmea el tabaco, estornuda fuerte, al estornudar se golpea la cabeza contra la piedra, y cátatela muerta en el acto. Tú te vas allí algo entrada la mañana y estás cogiendo liebres hasta que te hartas y llenas de ellas un saco.
-¿Te burlas de mí?
-Te juro que no. En cambio, el oso se caza de otra manera. En otoño, cuando caen las hojas de los árboles, tomas un cubo lleno de cola y te vas al bosque a rociar con ellas aquellas hojas. Luego te escondes en un matorral. El oso viene y plaf-plaf, anda por encima, y las hojas se le van pegando, cada vez más, a las garras. Llega un momento en que no puede andar ya, de tantas como lleva pegadas. Entonces tú sales tranquilamente de tu escondrijo, lo atas y te lo llevas a tu casa.»

pág. 18

6
Según cuenta Piasecki, escribió esta novela en la cárcel, cuando purgaba una condena por homicidio. Vio que muchos presos leían, otros escribían, hasta que cogió unos libros y decidió contar su vida. Demoró un mes y medio en terminar el libro (14 de octubre de 1935 – 29 de noviembre de 1935). Su caso fue un antecedente del de Jean Genet: tras el éxito de la novela, los intelectuales polacos pidieron, ganándola, su libertad. Luego Polonia fue ocupada, Piasecki formó parte de la resistencia, más tarde se hizo verdugo de los polacos que colaboraron con los alemanes, hasta terminar escribiendo un par de libros más, hizo de vago en Italia, Francia y otros sitios, y murió en Inglaterra sin volver a escribir. Pero en la novela solo se cuenta su periodo fronterizo.
Con el pulso que tiene, cualquier otro fragmento de su biografía hubiera resultado apreciable. Pocas veces lo instintivo se enhebra con limpidez con lo intelectual. Tal como corresponde a la poesía más interesante, etc. Esta última línea está demás, es cursi, pero no miente.

7
Me gustaría que todos mis amigos tuvieran doce años para prestarles este libro, para que tengan a Sergio Piasecki en el paredón entre Nemo, Neal Cassady, Ahab, Simbad, Gulliver, El Eternauta, Nippur y Sandokán.
(Ahora que ya no tengo doce, en mi paredón solo habría una foto desnuda de Temple Drake, lamiéndose un codo).

8
La primera vez que Sergio cruza la frontera, le muestran la constelación de La Osa Mayor. Le dices que se deje guiar por ella, que siempre lo llevará a casa. Uno de los compañeros de contrabando de Sergio tenía estudios. Sabía de astronomía. Le cuenta el nombre de la constelación, y a medida que la observa y va creciendo en él su adicción a la frontera, la Osa Mayor se vuelve su compañera leal, su ideal, su destino. Le habla como a una mujer, a cada estrella le pone el nombre de sus amantes y enamoradas, y no le exige nada, pues siente que le da todo.

9
Con una tesis que tira de los pelos a Rousseau, El enamorado de la Osa Mayor empuja al hombre hacia lo instintivo, donde hay hermosura vital, nietzscheana, fuera de la hipocresía social, el dinero, el deshonor del vivir en el sofá cama atado al celular o el control remoto. Hay que irse por ahí, dice, perderse, sentir el gusto del pañuelo agitándose en un absurdo adiós, hacia las fronteras, rumbo a un tedio diferente, al porque sí.



+

5 comentarios:

mario skan dijo...

Con toda la potencia del nuevo año Ever escribiste este hermosa reseña. Cuántos libros deberíamos leer en la pre-adolescencia donde la imaginación es tan vivida y exaltada. Yo mete en ese rubro a la trilogía de N Y y a El palacio de la luna.
Ahora me han entrado unas ganas bárbaras de leer este libro-
saludos Ever

e. r. dijo...

Hola, Mario!
La verdad que está bueno leer estos libros. Hace poco vi un ejemplar en usados (excelente estado), a solo 2 pesos; casi lo compro para regalarlo hasta que pensé: ¿a quién? Total, si a alguien le interesa le paso el que ya tengo en casa. Así que por ahí te lo paso a vos...
Saludos!

N. dijo...

Ami me dieron muchas ganas de leerlo!! y me pareció de un humor sutil la idea de cazar por estornudos!!
Muy buen sentido del humor tambien del comentarista! cada dia se perfecciona mas señor E
Beso

mario skan dijo...

Eeeehhh, esa es una excelente idea. $2 es el valor de un chicle. En ese caso debe adquirir el libro y guardarlo hasta que llegue una oportunidad.

saludos

Anónimo dijo...

ESTIMADOS HERMANOS:
Solicito la transfiguracion permanente de los Dioses universales respectivos a mis avatares correspondientes y tambien solicito la transfiguracion demoniaca y angelical de mis avatares correspondientes fusionados paranormalmente.

Atentamente:
Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
Documento de identificacion personal:
1999-01058-0101 Guatemala,
Cédula de Vecindad:
ORDEN: A-1, REGISTRO: 825,466,
Ciudadano de Guatemala de la América Central.