sábado, 20 de noviembre de 2010

“Mi lucha”, de Sławomir Mrożek






Centro Editor de América Latina, Buenos Aires 1983
Traducción: Margarita Fonseré y Claudia Maisonove
114 pág.


Los libros de Centro Editor, especialmente de la colección La Tierra Entera, son fantásticos. Rectangulares, aerodinámicos, breves, de agradable tipografía y con una siempre exquisita ilustración de tapa: además, traen autores notables y a veces no reeditados en castellano, como Giuseppe Bonaviri, Fernand Combet, Jakov Lind, Gahan Wilson, Alfred Andersch, Hans Erich Nossack. La lista es larga.
En este libro se reúnen 20 relatos, que forman parte de “El elefante” y otros cuatro cuentos de otro libro, cuyo título no es revelado. Algunas páginas están ilustradas por Daniel Mróz, una caso aparte, también a revisar en algún momento.
En breves textos Mrożek acumula incontables accidentes: un párrafo de pocas líneas contiene inmensos paneos, muchísimas situaciones, incluso reflexiones y, sin embargo, es leve, melancólico, brutal. Cada letra es en sí una acción; tal vez por esta búsqueda el recurso más utilizado es la primera persona.
Si tuviera que darle un nombre a la personalidad de la prosa de Mrożek, sería Buster Kafka. Padece el hilarante humor del mundo que lo rodea, sufre su extravagancia, su arbitrariedad, su salvajismo y desparpajo, y aún así no puede parar de vivirlo, hasta el fondo, y afanándose en hacer reír termina con la lágrima en la comisura. No tiene la belleza etílica de lo barroco, sino la otras sustancias psicoactivas más procaces: el paco o la pasta base, por ejemplo: golpea como un verso venenoso en cada línea, el fruto es inmediato y corto y se nubla al ras. Y queda la sensación de haber avizorado un ridículo aleph. El amargor en la boca que se tuerce en una risa límpida.
Gordos políticos comunistas, funcionarios todo el tiempo multiplicándose, militares olvidadizos, sindicalistas, revolucionarios, delatores, niños, trincheras, animales y meteorólogos, presos, domésticas y borrachos, lo que uno pueda imaginarse de un país hay aquí. En este caso, es la Polonia comunista.
Es realmente sorprende que Sławomir Mrożek (empezó a publicar a fines de 1950) haya pasado la censura, y más: que haya cosechado éxito inmediato. Tal vez sea por el humor. Paradojalmente denuncia el opresor sistema comunista polaco sin odio, sino con una rara ternura.



pd: el costo fue de ¡Un peso! en Parque Rivadavia, tras encontrarlo luego de años de búsqueda....
+

5 comentarios:

k dijo...

muy bueno Mrozek, buena recomendación,
saludos

Leox dijo...

Y el caballero que aparece atrás.
¿ Quien es?

e. r. dijo...

Hola, Kovalski!
Ayer terminé El elefante. Es buenísimo. Veré si me agencio de algo más. ¡Un abrazo!

Hola, Leox!
Es el convidado de piedra...
Abrazo!

N. dijo...

creo que he visto a ese sujeto?!!!! pero donde????
anoto las recomendaciones, parecen encantadoras, esto de los polacos me gusta mas que los italianos.
besotte
pd; tengo sueñoooo

marichuy dijo...

Estoy impresionada, Ever, de la gran oferta literaria posible de hallar en la Argentina. Con razón tienen tantos (y tan buenos) escritores. Y además... qué precios!

Este libro, no creo hallarlo ne México.

Un beso