lunes, 11 de enero de 2010

Es a partir de allí que se interroga la disparidad...

«... Es a partir de allí que se interroga la disparidad. Del lado hombre, eso goza en silencio. El fantasma opera en silencio. Hay toda una patología del silencio en el lado masculino: el hombre no debe ser perturbado por el ruido o por la palabra que no va, mientras que esté en lo suyo. O aún, exige que si hay palabras, ellas deben siempre relevar del vocabulario en juego en la sexualidad. Nunca de otro. Hay allí toda una sensibilidad frágil.
Del lado dama, es preciso que el ser amado hable. Ella solo puede consentir a la sexualidad después de una preparación que consiste escencialmente el ser envuelta en palabras, después de lo cual el sujeto conciente. Hay ahí toda una disimetría que hace a lo cómico de las dificultades del amor...»


Eric Laurent, "Los objetos de la pasión"
Editorial Tres Haches.
Trad. Marcela Antelo. pp. 129


4 comentarios:

Marina Agra dijo...

Interesante mirada. Aunque creo que esta cuestión de géneros va dejando de correr como las vías del tren y se encuentra en puntos en los que unos pasan del lado de los otros. Saludos para usted!

marichuy dijo...

«... Hay ahí toda una disimetría que hace a lo cómico de las dificultades del amor...»

Ever

Y luego resulta que... ni tan cómico

Saludos

kurubeta dijo...

la kan Pio toda Vía ladra y baila su perreo, su pereperreo?

Mafalda dijo...

...

¡Chale!

Ya decía mi abuela: a los hombres nos les hables, mejor múestrales; a las mujeres no les demuestres, miénteles con la palabra.

Me haré del libro, el título y estas líneas me llamaron la atención.

Mafalda