miércoles, 29 de abril de 2009

Idea Vilariño



Ayer falleció la poeta uruguaya, que me encursiló la médula apenas la conocí y cuyos poemas siguen haciéndome el efecto de un temblor ontológico.
Entre los redactores de Marcha, fue una de las de más coraje; además, tradujo a tantos que gracias a ella conocimos en el Río de la plata (varios autores de la OuLiPo, por ejemplo).
Además, le dio unas cuantas buenas lecciones a Onetti. Y a todos los que la leímos y leemos.
Espero poder recuperar aquel libro que está hace más de 3 años en casa ajena.
Adiós, Idea (qué hermoso nombre, de paso).



a René Zavaleta

Por qué no volará en cien mil pedazos
esta escoria volante este puñado
de tierra y de dolor
aire y basura
si no habrá nunca paz
si no habrá nunca
una pura jornada de alegría.
A qué seguir rodando
tironeando de todo
ensuciando el planeta
y respirando junto con el aire
los aullidos de media humanidad
que no deja de aullar hasta la muerte
que no deja vivir porque entre aullidos
tenemos que comer
los que comemos
lavarnos la piel suave
los lavados
y leer poesía los leídos.
Eso es todo. O poco más.
Muy poco.
Atrapar retener lo que se pueda
lo que nos den de amor o lo que sea
mejores dividendos
televisores autos o fusiles
con mira telescópica
el renombre
el poder.
Es muy poco. No paga
la amargura el estorbo la molestia
de tantas privaciones
el silencio imposible
la soledad imposible
o la dicha imposible.
Por qué no volará en cien mil pedazos.
Si no habrá nunca paz
si lo obligado
lo que puede limpiarnos la conciencia
es salir a matar
limpiar el mundo
darlo vuelta
rehacerlo.
Y tal vez y tal vez
y tal vez para nada
tal vez para que a poco
vuelvan los puros a emporcarlo todo
a oprimir a vender
a aprovecharse
acorralandonós
cerrando las salidas.
Tal vez para que antes
de morir nos sintamos obligados
una vez más a oír
a levantarnos
otra vez otra vez
a hacernos cargo
y tengamos una vez más
de nuevo
que salir de limpieza.
Por qué no volará en cien mil pedazos.



EL MAR

Tan arduamente el mar,
tan arduamente,
el lento mar inmenso,
tan largamente en sí, cansadamente,
el hondo mar eterno.

Lento mar, hondo mar,
profundo mar inmenso...

Tan lenta y honda y largamente y tanto
insistente y cansado ser cayendo
como un llanto, sin fin,
pesadamente,
tenazmente muriendo...

Va creciendo sereno desde el fondo,
sabiamente creciendo,
lentamente, hondamente, largamente,
pausadamente,
mar,
arduo, cansado mar,
Padre de mi silencio.



SI MURIERA ESTA NOCHE

Si muriera esta noche
si pudiera morir
si me muriera
si este coito feroz
interminable
peleado y sin clemencia
abrazo sin piedad
beso sin tregua
alcanzara su colmo y se aflojara
si ahora mismo
si ahora
entornando los ojos me muriera
sintiera que ya está
que ya el afán cesó
y la luz ya no fuera un haz de espadas
y el aire ya no fuera un haz de espadas
y el dolor de los otros y el amor y vivir
y todo ya no fuera un haz de espadas
y acabara conmigo
para mí
para siempre
y que ya no doliera
y que ya no doliera.



TE ESTOY LLAMANDO

Amor
desde la sombra
desde el dolor
amor
te estoy llamando
desde el pozo asfixiante del recuerdo
sin nada que me sirva ni te espere.

Te estoy llamando
amor
como al destino
como al sueño
a la paz
te estoy llamando
con la voz
con el cuerpo
con la vida
con todo lo que tengo
y que no tengo
con desesperación
con sed
con llanto
como si fueras aire
y yo me ahogara
como si fueras luz
y me muriera.

Desde una noche ciega
desde olvido
desde horas cerradas
en lo solo
sin lágrimas ni amor
te estoy llamando
como a la muerte
amor
como a la muerte.



CARTA II

Estás lejos y al sur
allí no son las cuatro.

Recostado en tu silla
apoyado en la mesa del café
de tu cuarto
tirado en una cama
la tuya o la de alguien
que quisiera borrar
-estoy pensando en ti no en quienes buscan
a tu lado lo mismo que yo quiero-.
Estoy pensando en ti ya hace una hora
tal vez media
no sé.

Cuando la luz se acabe
sabré que son las nueve
estiraré la colcha
me pondré el traje negro
y me pasaré el peine.

Iré a cenar
es claro.

Pero en algún momento
me volveré a este cuarto
me tiraré en la cama
y entonces tu recuerdo
qué digo
mi deseo de verte
que me mires
tu presencia de hombre que me falta en la vida
se pondrán
como ahora te pones en la tarde
que ya es la noche
a ser
la sola única cosa
que me importa en el mundo.



YA NO

Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.

No llegaré a saber
por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.

Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.

No volverá a tocarte.

No te veré morir.




+

4 comentarios:

Marina! dijo...

Muy hermosos los poemas de Idea.
Saludos Ever.

e. r. dijo...

Hola Marina!
Sí que es buenísima. Saludos

Anónimo dijo...

Qué días más tristes para los que recurrimos a Idea y a Benedetti buscando aliento, inspiración y talento...

e. r. dijo...

Hola Marae,

Quedan los libros, pero no por eso la muerte deja de ser estúpida. Habiendo tantos para llevarse, por que Idea?
Saludos