domingo, 18 de enero de 2009

El Gran Capitán (un paseo) 1


lunes 7 enero 2009



Es muy difícil llegar tarde a la partida del Tren a Misiones, también llamado Tren de los pobres, Tren de los paraguayos y autodenominado El Gran Capitán. Cuando fuimos a la boletería nos dijeron (esto lo corroboran los pasajes): día y hora de salida, Lunes 5 de enero 22hs. Sin embargo, como nos lo habían sugerido, llamamos un par de horas antes de dirigirnos a la estación de Federico Lacroze. "El tren va a salir puntualmente a las 23 hs", nos dijeron al teléfono. Fuimos a la estación de Lacroze a las 22:30 hs. En el andén nos volvieron a decir: "El tren va a salir alrededor de la media noche". La recepcionista de la boletería, sin embargo, nos facilitó agua caliente para el mate. Compras de última hora en la estación: yerba (1k $4!); mazo de cartas ($7,50!!). Nos sentamos a esperar en los andenes, tomando mate, jugando a las cartas. Más de 100 personas esparcidas por todo el andén pasaban el tiempo como mejor podían. Miraban mapas, cantaban, fumaban, besaban, puteaban o se miraban largamente las manos; o miraban a otra gente, o sus bolsos, o se miraban mutuamente a los ojos sin parpadear. Muy poca gente hablaba, la actividad principal era mirar. Entonces nosotros también nos pusimos a mirar. Muchos new hippies, jóvenes normales sin brillo como nosotros, niños, gente con mochilas gigantescas y termos donde podrían guardar una ballena. Mujeres y hombres gordos, flacos, feos y pasables. Unas pocas botellas de cerveza circulaban de mano en mano. A las 12:30 hs. el tren llegó, orondo, matemáticamente impuro, larguísimo, inabarcable, como de 15 vagones. Nos asustó y parpadeamos, y sin pensarlo nos dejamos engullir.






* Estas anotaciones son del diario de viajes, tal cuál fueron redactadas, sin corrección ni mejoría, con destino a Posadas, fechado del lunes 5 al miércoles 7 de enero de 2009.


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7 comentarios:

Canalla dijo...

Un placer leerle por acá. Me gustó
mucho lo anterior, de Temporal y Mientras W escribe. Saludos.

Mafalda dijo...

...

Tengo una curiosidad intensa por paladear el mate ¡caray!, lo mencionan tanto. Siento que es algo como la tortilla aquí en México, aunque la tortilla es sólida y el mate es líquido.

Este tren vuestro me recordo uno similar que tomé durante mi servicio social, iguales características en puntualidad.

Me gusto el momento de la estática, del no movimiento físico, y la sensación del tiempo suspendido percibido por la mirada.

Espero la experiencia dentro del gusano...

Mafalda

Marina! dijo...

Hola ever! volvieron! que bueno! Sin pensarlo se dejaron engullir? suena a decidir cruzar un puente colgante con los ojos cerrados...que vendrá despúes...me encanto la descripción, los podía ver en la estación, sin brillo no, con todo el brillo que tienen ustedes.
Me encantaría que se vengan a comer a casa algún día.
Saludos!

marichuy dijo...

Ever

A mí también me encantó la expresión "nos dejamos engullir". hace rato que no me dejo engullir... por un tren.

Un gusto que esté usted de vuelta y que nos comparta las notas de su cuaderno de viajes.

Un saludo

Sandra Strikovsky (Strika) dijo...

"Estas anotaciones son del diario de viajes, tal cuál fueron redactadas, sin corrección ni mejoría"

¡Pues qué bien escribe, Ever!

Una vez más me ha hecho viajar. Qué ganas de conocer por allá, aunque los trenes lleguen tarde. Es más, ese factor de falta de seriedad y "cuadradez" es el que hace que se me antoje más ir. ;)

Un abrazo

e. r. dijo...

Hola queridas y queridos! Canalla, Mafalda, Marina, Marichuy, Strika.
Es un placer estar de vuelta por acá. El viaje fue alucinante, pero espero de todo corazón que llene las espectativas la continuación.
Besos

mario skan dijo...

Esa estación me hizo recordar a la de Patagones, allá por el año del dope. El tren pitaba antes de cada paso nivel y la campañilla hacía detener a los autos. Después menem los hizo desaparecer.

Buen diario Ever.

saludos